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Miércoles, 21 de febrero 2018, 00:58
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Viendo a James Augustine sobre la pista, cuesta trabajo pensar que el norteamericano sólo lleva seis meses en el Unicaja. Pese a ser nuevo en el club, es de los que mejor entienden el juego del equipo y lo que sus compañeros necesitan en cada momento. El pívot de Illinois, que la próxima semana cumplirá 34 años, se ha convertido en una pieza esencial del cuadro malagueño. Está a un gran nivel –estos días se le puede ver con una protección en la mano derecha, pero es por precaución– y pocos dudan de que es el mejor fichaje del pasado verano.
–Le confieso que a mí, y creo que a mucha gente, me sorprendió que fichara por el Unicaja tras su etapa en el CSKA, sabiendo que en Málaga iba a ganar mucho menos.
–Es muy fácil. Yo llevaba cinco años jugando en Rusia, primero en el Khimki y luego en el CSKA, pero mi mujer es española, mis hijas son españolas y quería volver a España. En este momento de mi carrera el dinero no es lo más importante. Quería vivir mejor, que mis hijas pudieran vivir aquí y por eso tenía interés en encontrar un buen equipo en la Liga Endesa. Cuando hablé con Joan Plaza en verano me gustó mucho lo que me dijo y pensé que Málaga era un buen lugar para jugar al baloncesto a alto nivel y a la vez vivir bien.
–Lleva media temporada en el Unicaja. ¿Está contento con lo que está viviendo hasta ahora?
–Sí, estoy muy feliz, es un gran club. Creo que tenemos un buen equipo que lucha mucho. Necesitamos terminar la temporada lo mejor posible y para eso estamos trabajando al cien por cien.
–¿Qué sensación se le queda tras la eliminación de la Copa?
–Hemos hablado del partido, pero es difícil decir lo que pasó. No sé qué decir, era un partido que podíamos haber ganado. Es algo de lo que tenemos que aprender. Ahora empieza la segunda parte de la temporada y tenemos que subir el nivel. Esta semana tenemos un partido muy importante ante el Maccabi para acercarnos un poco a los ‘play-off’ de la Euroliga.
-Es de los más veteranos de la plantilla. ¿Qué explicación tiene en su opinión que al equipo se le den tan mal los finales ajustados?
-No sé, es difícil encontrar una explicación. Si miras los partidos, hemos sido un equipo durante 35 minutos, y otro distinto en los últimos cuatro o cinco minutos. Tenemos que buscar una manera de solucionar esto los entrenadores y los jugadores, todos juntos. Si llegamos otra vez a una situación de un final ajustado tenemos que pensar en qué no hemos hecho bien en otros partidos. Todavía queda mucho por delante y mañana ante el Maccabi es un buen día para empezar.
–«El día en que Augustine firmó, estuve a punto de abrir una botella de cava; espero que no me lo quiten». Eso dijo hace algunas semanas Joan Plaza. ¿Cómo es su relación?
–Buena, desde el primer día que hablé con él supe que quería jugar en su equipo. Sus jugadores siempre hacen un trabajo duro, defienden fuerte. Él me dijo que, aunque no ganásemos siempre, este equipo iba a luchar en todos los partidos y esa filosofía me gustó.
–Sólo firmó un año de contrato. ¿Le gustaría seguir la próxima temporada en el Unicaja?
–Estoy muy feliz aquí, pero me gustaría esperar a final de temporada, ver cómo acaba el equipo, quién se queda... De verdad te digo que no es algo en lo que quiera pensar ahora, estoy muy contento hoy en día y quiero hacer todo lo que pueda esta temporada en el Unicaja. Quiero seguir peleando en la Euroliga, tratar de acabar bien en la ACB y clasificarnos otra vez para la Euroliga... Cuando llegue el verano pensaré en mi futuro. Ahora sólo quiero disfrutar de esta temporada y acabar bien.
–¿Es determinante para usted disputar la Euroliga?
–Es importante, pero no lo más importante para mí. Es como un extra. Me interesa que sea un buen equipo, después que compita en la Euroliga o en la Eurocup no es tan determinante. En este punto de mi carrera tengo que mirar muchas cosas a la hora de elegir equipo. No es lo más importante estar en la Euroliga o ganar mucho dinero. Tengo casi 34 años y tengo que disfrutar de la vida, sentirme bien cuando voy a diario a entrenarme, estar a gusto con los compañeros del vestuario... Por eso me gusta estar aquí.
–No es de los pívots más altos ni más fuertes, pero tiene un don especial para el rebote. Es el segundo mejor reboteador de la Euroliga. ¿Esto se entrena o es innato?
–Un poco de ambas cosas. Yo sabía que tenía que buscar algo para ayudar al equipo, todo el mundo quiere a los jugadores que más anotan y creo que en el equipo hay jugadores con esos puntos, como McCallum, Nedovic, Brooks... Prácticamente todos los jugadores del equipo tienen mucho talento ofensivo. Yo creo que en lo que más puedo ayudar a mis compañeros es en la defensa y en los rebotes.
–Creo que hasta su etapa universitaria, además del baloncesto jugó al béisbol y al fútbol americano. ¿Cuáles son sus primeros recuerdos ligados al baloncesto?
–Sí, sí, de joven practicaba todos los deportes que podía. Mi padre es entrenador de fútbol americano y mis tíos y primos jugaban al béisbol y también al fútbol americano. Mi madre y mi hermana también eran muy deportistas, siempre estábamos jugando a algo en la familia. Mi primer recuerdo del baloncesto lo tengo en casa, en una canasta de juguete. Un jugador del equipo de mi padre después me construyó una canasta más grande, porque yo ya era alto. Recuerdo jugar al baloncesto casi desde que podía coger un balón, con cuatro o cinco años. Pasaba muchas horas tirando a canasta.
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