Se mueve como pez en el agua en las profundidades del baloncesto europeo, donde a veces la visibilidad es escasa y abundan los peligros. Pero el caso es que Jordi Bertomeu siempre sale a flote tras lidiar con cualquier polémica o enemigo. Bajo su mandato desde el año 2000 la Euroliga se ha consolidado como la gran competición del futuro. Es el sitio donde todos quieren estar y por el que pelean por conseguir una plaza. Con el nuevo formato que se avecina para la próxima temporada, con una reducción de las licencias A en España de cuatro a tres, el Unicaja afronta todo un desafío que comienza hoy en Zagreb ante el Cedevita. Bertomeu aborda el presente y el futuro del conjunto malagueño en el torneo sin esquivar el polémico asunto de Canal Sur.
–En Málaga se ha formado un gran revuelo por la decisión de Canal Sur de no retransmitir los partidos del Unicaja en la Euroliga y sí los del Baloncesto Sevilla en la Eurocup. Como máximo dirigente de la competición, ¿qué opinión le merece?
–Me encantaría que Canal Sur se volviera a incorporar a la Euroliga, pero hay una situación que no puede ignorarse. Y es que cuando Canal Sur decidió dejar de apostar por el baloncesto hace dos o tres años fuimos nosotros los que tuvimos que resolver la situación. Primero encontramos la solución en Marca Televisión y, ahora, con Canal Plus, con el que tenemos un contrato por dos años más. Ellos conviven con la Euskal Telebista y TV3 al ser contratos precedentes. Si Canal Sur hiciese una oferta, tendría que negociar con Canal Plus. Hace dos años era una decisión solo nuestra, y ahora no lo es.
–Lo que sí parece incongruente es que se emita la segunda competición, y no la primera.
–Esto es así porque el sistema de derechos de la Eurocup es distinto al de la Euroliga, en la que son los equipos los que tienen que buscar un operador que produzca sus partidos. Esto hace que el Baloncesto Sevilla haya cedido sus derechos de forma gratuita a Canal Sur que producirá los partidos. Ahí es donde está la dificultad.
–Desde Canal Sur se ha argumentado que nadie del Unicaja y la Euroliga se puso en contacto con ellos para ofrecerles los derechos. ¿Le consta que haya sido así?
–Esto no es verdad. Sí es cierto que si la referencia son los últimos meses, es correcto, porque no voy a llamarlos para ofrecerles algo que ya vendí a otro. Pero sí que es verdad que antes de contactar con Canal Plus hicimos de todo para conseguir que Canal Sur entrara en la Euroliga. Tanto el presidente del Unicaja, Eduardo García, como yo mismo hicimos todo tipo de esfuerzos, pero se nos dijo que no había presupuesto. No puedo consentir que se nos diga que no hemos hablado con ellos porque antes lo intentamos todo.
–¿La Euroliga podría impedir a Canal Sur emitir los partidos de la Eurocup si no retransmite los de la Euroliga?
–No, para nada. No solo no podemos, sino que no queremos.
–¿Se podría retomar la situación? Se lo pregunto porque en Málaga se ha generado un debate por esa discriminación con Sevilla.
–El asunto hay que verlo fuera del contexto andaluz. Lo que hay que valorar es que, cuando estaban a la venta los derechos del Unicaja, Canal Sur no estuvo interesado, y cuando lo ha estado, ya estaban vendidos. Canal Sur podría negociar con Canal Plus, pero eso es algo sobre lo que no me puedo pronunciar porque no me corresponde.
–Cuando usted anunció la reducción de licencias A para España en la Euroliga desde muchos frentes se apuntó al Unicaja. Parece que hay un especial interés por quitar de enmedio al equip0 malagueño.
–Yo no lo veo así. Creo que desde la Euroliga siempre se ha dicho que la decisión se tomará en su momento. En los momentos en los que el Unicaja no lo hizo bien en la Liga ACB, siempre defendimos su permanencia en el torneo en base a las reglas de la Euroliga, y no a las de la ACB. Es verdad que no se van a permitir más de cuatro licencias en el mismo país y afectará a España. Siempre se han justificado los motivos por los que el Unicaja debe estar en la Euroliga.
–¿Cuando llegue ese momento y, en el supuesto de que el Unicaja cumpla con los requisitos, le temblará el pulso a su organización si tiene que descartar a otro equipo?
–No me temblará el pulso, como tampoco me tembló cuando en 2009 le dimos la licencia al Unicaja. En aquel momento se cumplían los criterios y en 2015 serán los mismos. A todos los clubes les pareció bien aplicar aquellos criterios.
–Le insisto en la pregunta. Si es el Laboral Kutxa o el Barcelona, ¿se actuará igual?
–Los criterios son cuatro: resultados en Europa y liga nacional, que suponen el 70 %, mientras que el otro 30 corresponden a cuestiones de asistencia al pabellón y al contrato de televisión. A partir de ahí son matemáticas. Son los mismos que en 2009, que le dieron la licencia al Unicaja, al CSKA, al Olympiacos y a otros. No hay margen para decidir, y si no se modifican esos criterios en los próximos meses, serán los que decidan.
–Respecto a esos criterios, en un momento se le dio un toque de atención al Unicaja por la baja asistencia a sus partidos. Ahora el club cuenta con 5.800 abonados solo en la Euroliga. ¿Valora la reacción del club?
–Sin duda. Es muy positivo, con independencia de la Euroliga. Siempre utilicé al Unicaja como ejemplo de buena gestión. Fue frustrante cuando la situación cambió. Confirmo que hablé con su presidente para que volvieran a la antigua situación.
–En esa revisión de las licencias se tendrá en cuenta que los clubes estén al día de los pagos. Se lo digo por la situación de equipos como el Laboral Kutxa o el Zalguiris.
–Esta misma temporada se excluyó al Cibona por esta cuestión, aunque los criterios de la licencia A van por otro lado.
–En ese ‘fair play’ financiero que la Euroliga predica se dice que los clubes deben funcionar con sus propios recursos. En el caso del Unicaja es propiedad de un banco y esa idea de autogestión parece difícil de cumplir en este y otros casos.
–El Unicaja tiene cabida en este sistema. Lo que decimos es que una empresa funcione con el resultado de su actividad ordinaria, y esto es un principio básico en cualquier empresa. Si funciona en base a la aportación de sus accionistas es una empresa que dificilmente será sostenible a largo plazo, porque los accionistas quieren ganar dinero, no perderlo. Si estos señores se cansan, el club puede desaparecer. No lo vamos a eliminar, pero queremos que los clubes no dependan de esto.