Malaga CF
Plaza da instrucciones a sus jugadores en un partido.
Plaza da instrucciones a sus jugadores en un partido. / EFE

Plaza, ante su tercer desafío

  • El técnico, que no estuvo más de tres temporadas en el mismo club, tiene el reto de hacer crecer un equipo que mejore lo conseguido el año anterior

Es la piedra angular sobre la que se sustenta el proyecto del Unicaja. Joan Plaza (Barcelona, 1963) afronta la que puede ser la temporada más importante desde que llegó a Málaga. Tras dos campañas de constante crecimiento, el técnico afronta el desafío de convertir a su equipo en una alternativa real al monopolio de finales y títulos que mantienen el Real Madrid y el Barcelona.

La Supercopa ha servido para ver que el equipo malagueño puede ser la tercera vía en la Liga ACB y en la Copa del Rey, pero antes Plaza y su cuerpo técnico tendrán que hacer crecer a un conjunto muy renovado para que sea tan competitivo o más que el de la campaña pasada.

El entrenador catalán ha sido consciente de esa necesidad de mejora y lo ha reconocido siempre que ha tenido oportunidad. En este sentido, el club le ha dado plenos poderes para conformar este nuevo equipo. Todos los cambios que se han realizado en la plantilla debieron tener su visto bueno, y también las bajas. Así se explica el paso de Suárez al puesto de ala-pívot para hacerle sitio a Dani Díez, por ejemplo, o el relevo del preparador físico del equipo. La única concesión al club fue la incorporación de Alberto Díaz.

La plantilla está hecha a su gusto, más física y atlética que la de la temporada pasada. Quizá sea la única forma de superar el talento de rivales como el Real Madrid o el Barcelona en la competición nacional. Pero cambiar la mitad del equipo también implica un peaje, el de hacer volver a funcionar una máquina engrasada como era el Unicaja de la temporada anterior. A los jugadores les llevará todavía algún tiempo asimilar esos automatismos del estilo de Plaza, especialmente en el plano defensivo, donde el técnico castiga más los errores. Será un proceso largo que debe arrojar resultados ya avanzada la competición.

En ese afán de mejorar lo hecho con anterioridad en el que tanto insiste el entrenador del Unicaja, la única vía es jugar una final en la Copa o la Liga, o alcanzar el ‘Top 8’ en la Euroliga, otro escenario complicado por el aumento del potencial económico de los rivales.

Esa distancia que genera la disparidad de los presupuestos también en Europa se ha intentado recortar con la confección de la plantilla. El aumento del nivel físico también obedece a la idea de querer hacer algo más en el máximo torneo continental. Colarse entre los ocho mejores equipos de la Euroliga sería un éxito en toda regla, aunque la primera fase de la competición va a ser muy exigente para el Unicaja.

En el plano personal, Joan Plaza afronta su tercera temporada, año clave, pese a tener firmado un contrato hasta 2018, eso sí, con la posibilidad de romper la vinculación al final de la temporada 2016-2017. Nunca en su carrera como primer entrenador ha estado más de tres campañas en un mismo equipo. Así sucedió en el Real Madrid y el Baloncesto Sevilla. Sin embargo, en Málaga, tras un desembarco complejo por aquel revés en la Copa del Rey en 2014 ante el Zaragoza, Plaza se ha ido ganando el respeto de los aficionados. Ahora es un referente para el público que acude al Palacio de los Deportes, que lo idolatra y lo considera el responsable máximo de la recuperación del equipo.

Después de 136 partidos oficiales dirigidos en todas las competiciones, el balance de Joan Plaza en el Unicaja es positivo, con 76 triunfos y 60 derrotas.