Malaga CF

Demasiada comodidad

En un partido de esos que ya no interesan a nadie y que no pueden perderse ni jugando mal, el Unicaja se apuntó una nueva victoria, especialmente gracias a la enorme diferencia de tiros libres. Sin embargo, no consiguió emocionar a nadie ni disipar las dudas con las que los aficionados malagueños llegaron a este final de año.

Alegrías

Para empezar, varias notas agradables: la presencia de Manolo Rubia en el palco, tras su percance de salud; volver a ver a Dani Romero allí abajo, como delegado de campo, y también el uno contra uno entre Pozas y Díaz, los mejores frutos recientes de la cantera local. La otra nota exótica del arranque del partido de ayer fue la zona gallega. Los atacantes de Unicaja, cada vez más lejos de la canasta, hacían frente a la zona visitante a base de triples. Los primeros minutos de Pozas fueron excelentes, y su equipo se mantenía con el marcador igualado gracias a alternar la defensa individual con la zona.

Poco rival

Como el Unicaja no se preocupó de desentrañar la zona, porque tenía suficiente con ametrallarla desde los siete metros, Fernández la mantuvo en espera de que llegaran los fallos locales en los triples. Cuando llegaron esos primeros errores, los locales respondieron en el rebote ofensivo. El técnico gallego decidió alternar la zona con la asignación, y entonces pudimos comprobar cuántas razones tenía el técnico visitante para situar a los suyos en zona.

Más anotación

Tras el descanso, el conjunto gallego mantuvo la idea de defender en zona después de conseguir canasta y en individual cuando fallaba el tiro. Lo peor para los visitantes fueron las pérdidas, que permitieron al Unicaja salir al contragolpe. Tantas facilidades visitantes permitían a Plaza dar minutos a N’Diaye. Waczynski era un seguro de anotación. El tráfico excesivo en el banquillo de Unicaja, dada la debilidad del rival, no fue un obstáculo para que la anotación local se fuera hasta los 33 puntos en el parcial del tercer cuarto.

Descuido

Al último cuarto se llegó con el partido decidido, por eso tuvimos la impresión de que los diez últimos minutos sobraron, que es lo peor que se puede decir de un partido.Fue el cuarto de menos anotación local y una oportunidad perdida para mejorar la diferencia de puntos a favor y en contra, por lo que pudiera pasar.

Me gusta

La idea de que uno de los hombres ‘pequeños’, como ocurrió con Lafayette, no juegue o lo haga durante pocos minutos.

No me gusta

El desequilibrio en el juego de ataque de Unicaja, con más tiros de tres que de dos y escasa anotación interior.

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