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En este propósito se puede resumir todo el año. Esa será una gran noticia para todos, tanto aficionados, como jugadores o empleados del club. El Unicaja cerró 2016 con menos de 6.000 espectadores en el partido ante el Obradoiro en el Carpena. No es buena señal. El público malagueño se está alejando poco a poco del club de Los Guindos, salvo los incondicionales del Unicaja que llevan siguiendo al equipo desde siempre. Hay que volver a ilusionar para que el público vuelva a las gradas del pabellón.
Este año hay jugadores que levantan pasiones, como Nedovic o Fogg, de esos que son un placer para el espectador. También un canterano que se ha ganado el respeto y el cariño de todo el baloncesto malagueño, como es Alberto Díaz. Además, unas eliminatorias directas en la Eurocup, una vez avanzada la competición, también pueden ser un gran incentivo para ver el Palacio de nuevo lleno. En la ACB, si el equipo llega fuerte a los 'play-off', el público responderá. Eso sí, los dirigentes del club malagueño tendrán que reflexionar sobre los cambios en su política de venta de abonos o sus estrategias de captación de aficionados. Una de las principales obsesiones del Unicaja es atraer público al Carpena y en esa línea hay que seguir avanzando.