Malaga CF

A semifinales por la puerta grande

Nedovic, el protagonista del partido de ayer, anota una bandeja con la mano derecha.
Nedovic, el protagonista del partido de ayer, anota una bandeja con la mano derecha. / SUR
  • Liderado por Nedovic, firma uno partido soberbio para doblegar al Bayern y ganar por primera vez en la historia una eliminatoria con el factor cancha en contra

La historia del Unicaja está salpicada de partidos para el recuerdo. Actuaciones inolvidables que casi todos los aficionados podrían rememorar sin ningún problema. Fueron encuentros que quedaron grabados a fuego en la memoria colectiva porque estuvieron marcados por la emoción, la tensión y la épica. A ese grupo pertenece ya el disputado anoche por el conjunto malagueño ante el Bayern Múnich (69-74), y que le dio el billete para las semifinales de la Eurocup. Este grupo titubeante que dirige Joan Plaza ha dado el paso al frente en el momento que más falta hacía, porque, no hay que perderlo de vista, el proyecto del club y el objetivo máximo de la temporada estaba en juego. El Unicaja está desde anoche más cerca de regresar a la Euroliga. Le quedan dos pasos, el primero ante el Lokomotiv Krasnodar, pero eso será el siguiente capítulo.

Antes, el conjunto malagueño es merecedor de todos los elogios después de darle la vuelta, por primera vez en la historia, a una eliminatoria con el factor campo en contra y ante un rival que le tenía tomada la medida perfectamente. Lo hizo, además, a domicilio, lo que tiene más valor todavía. Firmó el Unicaja un partido casi perfecto, con la actitud y la concentración que requería y superó al Bayern con sus propias armas: defensa y rebote. Luego entró en acción Nedovic para marcar las diferencias. Precisaba el Unicaja la aportación de su mejor hombre, su estrella. Esta vez no hubo defensa que lo frenase. Tenía cuentas pendientes con su seleccionador y también técnico del Bayern, Sasa Djordjevic, pero principalmente con él mismo. Es un ganador, se autoexige y le hacía falta confirmarse en un partido de máxima exigencia en el que su equipo lo necesitaba. Acabó con 21 puntos demostrando que es un jugador de primer nivel europeo. Entre él y su compatriota Musli lograron la mitad de los puntos. El pívot también merece ser destacado por cómo ha evolucionado en esta serie. Endureciéndose y mejorando hasta ser ayer totalmente inaccesible por sus rivales. Y junto a ellos, la otra pata del banco: Alberto Díaz. Aunque los focos apunten ahora a Nedovic, el malagueño ha sido sin duda el hombre de la eliminatoria, porque el Unicaja llegó a Múnich gracias a que en el segundo partido él lo cambió todo. Ayer volvió a ser decisivo, entre otras cosas por frenar, casi desquiciar, al Gavel, el cerebro de los alemanes.

Sin fisuras

A pesar de la mejoría de los últimos encuentros, quedaba la duda de cómo iba a afrontar el Unicaja el comienzo del choque. Si flaqueaba, el Bayern le pasaba por encima. Nada de eso. Tuvo tensión desde el salto inicial y a los ocho minutos doblaba a su rival en el marcador (6-15). Los nervios habían cambiado de bando y con el nivel marcado, el Unicaja comenzó a ganar el partido a pesar de su pobre 1/8 en triples.

Los alemanes tenían que volver. Estaban obligados, y lo hicieron. A los catorce minutos, le habían dado la vuelta al choque, pero más por la precipitación del Unicaja que por la calidad de su juego (25-24). No hubo experimentos esta vez. Plaza recurrió a Díaz y Nedovic, cargado de faltas, y el partido volvió a cambiar. Un par de dentalladas del serbio y los triples de Waczynski dejaron el marcador en 27-34 al descanso.

La segunda parte trajo un mayor ritmo, un intercambio de canastas que no interesaba al Unicaja, que volvió a verse por detrás en el minuto 26 (42-41). Plaza paró el partido y su recurso volvió a ser el mismo: Nedovic. El escolta, al contrario que en otros partidos de la serie, no sólo pensaba en anotar, sino en atraer a la defensa para liberar a sus compañeros, y esto provocó el caos en el Bayern, que encajó un parcial de 2-11 para llegar al último cuarto tocado (44-32).

Aunque los alemanes apretaron, Nedovic olió la sangre y enchufó dos triples. Dos triples del serbio hicieron que el Bayern se tambalease (51-60). Pero el serbio se creció y se jugó un par de canastas que no debía, lo que el rival aprovechó para volver a acercarse a cinco puntos. En ese momento surgió la figura de Smith, que no había anotado en todo el partido. Primero una suspensión y luego un triple, el Unicaja alcanzaba los diez puntos de renta (57-57) a cuatro minutos del final. El partido parecía controlado, pero llegó la precipitación. Smith se jugó un triple al contragolpe, un par de canastas fáciles erradas... Tampoco ayudó una antideportiva de Fogg, algo absurda. El conjunto alemán se volvió a acercar, al Unicaja le costaba un montón anotar y su renta quedó reducida a tres puntos en el último minuto (66-69). Por suerte, aguantó la presión, defendió bien y los tiros libres de Musli, Suárez y Nedovic certificaron la victoria que puede cambiar el rumbo de la temporada. Merece la pena disfrutarla.

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