Malaga CF

Un repaso terapéutico para el Unicaja (89-70)

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Una jugada del encuentro. / ACBPhoto

  • Un equipo sin tensión y con una defensa muy endeble es zarandeado por el mejor Barcelona de la temporada y se complica la posibilidad de ser cabeza de serie

Es frecuente que los entrenadores utilicen de forma positiva los tropiezos para minimizar la importancia de estos. Es decir, hablar de aquello tan tópico pero lógico de ‘aprender de las derrotas’. Es lo mejor que puede hacer el Unicaja después del tremendo correctivo que recibió por parte del Barcelona (89-70). Hará bien el equipo en utilizar de forma terapéutica el partido en el que fue zarandeado por su rival. Aprenderá para el futuro, seguro, y ahora irá con las orejas más tiesas a los partidos que le quedan por disputar antes de la fase por el título.

Le conviene hacerlo porque en el Palau Blaugrana fue un espejismo del equipo sólido, ambicioso y con un juego entretenido al que esta misma semana Joan Plaza ponía como límite el cielo. El problema es que el de ayer era el partido clave para acabar la fase regular entre los cuatro primeros y tener el factor campo a favor en las eliminatorias por el título, al menos en la primera. Ahora, las cosas se le complican al conjunto malagueño, en parte porque el calendario le guarda todavía un par de duelos de máxima dificultad como ante el Baskonia y el Murcia, ambos a domicilio.

Para explicar las causas de la derrota no hay que ahondar mucho. Al Unicaja le endosó su rival 28 puntos en el primer cuarto y 49 al descanso, lo que es una muestra clara de una defensa muy pobre. Quizá incluso defendiendo mal podría haber competido si hubiese estado acertado en los lanzamientos, pero tampoco. Además, permitió muchas canastas fáciles a su adversario, cediendo el rebote y cometiendo 17 faltas. Se puede discutir si Alberto Díaz debió jugar más o menos, pero tampoco eso habría sacado ayer de pobre al cuadro malagueño, que cedía en todos los aspectos del juego ante el Barcelona. Por si fuera poco, el Unicaja se encontró con la mejor versión del Barcelona hasta el momento, con Tomic y Rice formando una conexión mortal.

En cierto modo, el partido tuvo unos prolegómenos y un desenlace casi calcados al choque de la Copa del Rey. En ambos el Unicaja aparecía con serias opciones de ganar, llegaba crecido, pero ni dio la talla en febrero en Vitoria ni tampoco ayer, y eso que las sensaciones que había dejado eran buenísimas.

Intercambio de triples

El arranque del partido fue un intercambio espectacular de triples. En los primeros cuatro minutos los dos equipos anotaron siete lanzamientos desde la línea de 6,75. Rice firmó los tres del Barcelona, y Brooks, Nedovic y Díaz (2), los del Unicaja (11-12, min.4). Sin embargo, esta dependencia del triple tiene sus riesgos, pues si se pierde el acierto conviene tener otro recurso para evitar que la producción ofensiva no se resienta. El Barcelona no tardó en encontrarla, por la vía de Ante Tomic, que recibía con absoluta facilidad cerca del aro.

Por contra, los problemas del Unicaja se agravaron en cuanto se sentó Nedovic, y esto provocó que en los últimos cinco minutos del primer cuarto sólo anotase una canasta en juego, para encajar un parcial de 15-5. Un triple de Koponen sobre la bocina cerró un gran cuarto del Barcelona, que dominaba 28-20.

La sequía anotadora del Unicaja se prolongó durante los primeros tres minutos del segundo cuarto y el Barcelona no paró. Sin Tomic ni Rice, la renta local alcanzó los 11 puntos (37-26). Esta vez Fogg no tuvo el día, así que a Plaza no le quedó más remedio que recuperar a Nedovic, que al menos reactivó el ataque malagueño (41-34). Sin embargo, la defensa malagueña carecía de la intensidad de los últimos partidos y se encontró con el Barcelona más inspirado de la temporada. El regreso de Tomic y Rice disparó definitivamente al conjunto catalán y al Unicaja no le sirvió el recurso de urgencia de jugar con un quinteto pequeño para defender bien. El 49-35 reflejaba la superioridad del un Barcelona que sólo perdió dos balones en la primera mitad.

opinión

Volvió a reclamar Joan Plaza más defensa a sus jugadores en el descanso, pero no se vio reacción en el Unicaja. A los tres minutos de la reanudación ya perdía por 18 puntos (57-39) en cuanto Tomic y Rice volvieron a conectar. Con una mala circulación y fallos en los lanzamientos, el conjunto malagueño permitió varios contragolpes y, por lo tanto, canastas fáciles a su rival. Pese a algunas apariciones aisladas de Brooks y Smith, el pobre nivel defensivo impedía rentabilizar esas canastas (59-46). Un nuevo parcial del Barcelona sentenció el choque cuando quedaban todavía 12 minutos por jugar. Los 21 puntos de diferencia que reflejaba el marcador eran ya imposibles de recuperar (67-46).

Duele decirlo y escribirlo, pero el último cuarto fue un añadido con el Unicaja afeando su imagen, sin un patrón de juego y sin parecerse en nada al equipo sólido de los dos últimos meses. Lo dicho, a aprender de la derrota.

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