Malaga CF

El Unicaja lo mereció ante el Real Madrid, pero...

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Nedovic, cuya renovación se anunciará esta semana, recibe el cariño de los aficionados / Ñito Salas

  • El equipo de Plaza queda eliminado (73-76) después de ser mejor que su rival durante 36 minutos

Se acabó. Como ocurre en muchas circunstancias de la vida, en el deporte el tiempo permite tener una perspectiva mejor sobre los éxitos, los fracasos y las decepciones que surgen a lo largo de una temporada. Dentro de unos años, ojalá que no, se valorará seguramente mejor lo que el Unicaja ha hecho esta campaña. Ganar la Eurocup, regresar a la Euroliga y disputar las semifinales de la Liga ACB es un balance fantástico para un año que empezó con muchas dudas y tuvo negros nubarrones, pero que se resolvió de forma brillante.

El partido de ayer fue fiel reflejo de ese cambio que experimentó el equipo en el ecuador de la temporada, justo después de la decepción de la Copa del Rey. A finales de febrero hubo algo: emergió el mejor Alberto Díaz, también Nedovic, la mentalidad del grupo cambió y entonces el Unicaja se convirtió en un equipo peligroso, que mejoró en defensa y que tenía muchas fórmulas para anotar.

Todos esos factores que permitieron ganar la Eurocup también se dieron ayer en un partido en el que el Unicaja mereció ganar y en el que fue por delante en el marcador durante 36 minutos. Luego, alguna decisión equivocada, el cansancio y el talento del Real Madrid pusieron fin a una temporada que ya forma parte del recuerdo y en la que el Unicaja celebró sus cuarenta años de existencia ganando un título aquella noche del 5 de abril en Valencia.

El equipo malagueño ha perdido dos partidos por sólo tres puntos contra el Real Madrid. Enmedio se llevó una paliza enorme, pero ha demostrado carácter y argumentos baloncestísticos para al menos haber ganado un partido.

Más carácter

No hizo falta esperar mucho para comprobar que el Unicaja salía a la pista dispuesto a quemar todas sus naves. El nivel de su defensa era sobresaliente y minimizó por completo al Madrid, que tardó más de tres minutos en anotar. El problema fue que no conseguía traducir esa defensa y su dominio del rebote en puntos por culpa de sus malos porcentajes (6-2, min. 3:30). Los triples fueron el gran recurso, casi el único, y por eso sólo conseguía distanciarse en el marcador cada vez que alguno de sus exteriores anotaba de tres (14-11).

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El juego del Unicaja carecía de equilibrio por la ausencia precisamente de los puntos de sus pívots. Musli se mantuvo en esa línea gris de los últimos meses. La secuencia de sus acciones en el arranque del segundo cuarto fue la siguiente: pasos, pérdida y un tiro que no tocó aro. Con la ausencia de Omic, Plaza tuvo que recurrir a Okouo. A pesar del lastre interior, el equipo malagueño acertó con los triples. Plaza juntó en la pista a Fogg y Nedovic, que generaron muchas ventajas para sus compañeros. El más beneficiado fue Suárez, que logró tres triples seguidos para dar su mayor ventaja (28-20, min.16). Laso pidió tiempo muerto, porque, ahora sí, el Unicaja acompañaba su gran defensa con buenos porcentajes. Así que el Madrid optó por aprovecharse de la presencia de Okouo con Reyes y Ayón, lo que, unido a sus primeros triples, acabó por equilibrar el choque al descanso (33-31).

La segunda parte comenzó con una gran novedad respecto a los primeros veinte minutos y a los anteriores encuentros. Dejan Musli apareció. El pívot serbio al fin comenzó a producir. Con una referencia interior fiable, el Unicaja equilibró su juego. El balón entraba y salía, y se generaban espacios. Manteniendo el nivel defensivo, ahora respaldado por una defensa zonal, el equipo malagueño logró su máxima renta en el minuto 28 después del octavo punto de Musli (50-41). La zona se le atragantó al Madrid, que acumulaba ya un 3 de 20 en triples. Sin embargo, el Unicaja desconectó dos minutos. Un par de malos ataques, una pérdida y algún despiste en defensa posibilitaron un parcial de 2-10 del Real Madrid, que volvió a equilibrar el choque (52-51).

En medio de una gran tensión, y con los árbitros haciendo enfurecer al Palacio, el último cuarto comenzó con Doncic irrumpiendo en el partido de forma espectacular. El joven esloveno respondió a cada canasta de un Unicaja que mordía en cada defensa y que, ahora, encontraba en el físico de Eyenga el arma para anotar. Es innegable que con Doncic en la pista el conjunto blanco juega mejor. Por eso la anotación se repartió. A tres minutos para el final, el Unicaja perdía 64-67 y se encomendó a Nedovic, que no estaba para muchos trotes. A falta de un 1:10 para el final y con 67-69, Eyenga se jugó un triple de forma precipitada para haber puesto al Unicaja por delante. Ese error fue clave, porque en la siguiente acción Llull anotó dos tiros libres casi definitivos, y el problema es que volvió a repetir (67-73). Dos últimos triples de Nedovic dieron esperanzas al Unicaja, pero Llull, de nuevo, no perdonó.

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