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James Augustine de Unicaja Malaga disputa el balón con Andrew Goudelock

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James Augustine de Unicaja Malaga disputa el balón con Andrew Goudelock EFE

El Unicaja falta a sus principios en Milán

Con una alarmante pasividad defensiva, es superado por un Milán que estuvo letal desde la línea de tres (101-87)

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Miércoles, 17 de enero 2018

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Hay equipos que son reconocibles por su estilo de juego. El Unicaja de Joan Plaza, el actual y el de temporadas pasadas, no ha renunciado al ataque, pero sí que ha tenido como seña de identidad una notable actitud defensiva. Este aspecto ha sido clave en el rendimiento más positivo que negativo del equipo en las últimas campañas. Ayer, sin embargo, el cuadro malagueño faltó a sus principios. Encajar más de cien puntos rompe cualquier previsión y esquema. Pero más allá del dolor que supone ver ese guarismo de tres cifras en contra en el marcador, lo realmente grave fue el paso atrás dado en las aspiraciones europeas.

Milán

101

-

87

Unicaja

  • PARCIALES 31-22; 19-22; 29-27; 22-16

  • Árbitros Belosevic (serbio), Pastusiak (polaco) y Fritz (alemán). Eliminaron a Waczynski por cinco faltas personales

  • Cancha 6.200 espectadores en el Mediolanum Forum, según datos oficiales

El Milán llegaba al partido con el cartel de peor equipo de la Euroliga, pero esto no quiere decir que sea el que tiene peor nivel. Puede sonar extraña esta falta de relación entre el talento y la clasificación. Es un grupo sin orden, algo caótico, pero plagado de jugones y que hace un baloncesto imprevisible. Cualquier relajación, como hizo ayer el Unicaja, se paga cara. De mantenerse en la pelea por el pase para la siguiente fase, el equipo malagueño está ahora a dos triunfos del corte. Se perdió una oportunidad pintiparada antes de recibir mañana al Real Madrid en Málaga (20.45 horas).

Al Unicaja no le basta ya con los puntos de Nedovic (22), o la consistencia de Brooks, que firmó su mejor partido en Europa con la camiseta verde. Es el momento de que jugadores hasta ahora en mitad de la nada como McCallum o Milosavljevic den un paso adelante. También se podría incluir en este apartado a Salin, reservado ayer por Plaza. La única excusa que puede esgrimir el equipo malagueño en su defensa por la derrota es el impresionante 62,5 % en triples de su rival. Es complicado competir contra un equipo que anota 15 de los 24 triples que intenta.

El Unicaja comenzó el partido de forma prometedora, negando la canasta al conjunto italiano, pero fue algo efímero, porque en sólo un par de minutos se contagió del desdén defensivo que acompaña al Milán esta temporada. La bajada de brazos de los hombres de Joan Plaza en el primer cuarto fue preocupante, tanto como sonrojante fue el parcial de 18-2 que encajó en sólo seis minutos (18-6). Kuzminskas campaba a sus anchas y los exteriores del equipo italiano anotaban bandejas fáciles sin presión alguna de sus defensores. Plaza tuvo que recomponer su ofensivo quinteto hacia una versión más defensiva, pero ni eso evitó la sangría con 31 puntos encajados en el primer acto (31-22).

Trató el equipo malagueño de acercar el balón al aro para conseguir canastas menos complejas. El dúo Suárez-Shermadini, que tan bien se entiende, no tuvo el impacto deseado, y en defensa, el equipo malagueño seguía muy por debajo de su nivel habitual. Los puntos de Nedovic evitaron que el Milán se escapase, y tuvo oportunidades el equipo italiano para hacerlo, porque Goudelock estuvo perfecto desde la línea de tres con cuatro canastas y un sólo fallo. Sólo al final de la primera parte, pareció volver la mentalidad de esfuerzo defensivo que acompaña esta temporada al Unicaja, lo que le permitió seguir en el partido.

El uno a uno del partido

El tercer acto iba a ser clave para calibrar las opciones de victoria del Unicaja y, como al comienzo, las primeras acciones volvieron a ser ilusionantes. Buenas defensas y fluidez en ataque. Este cambio le permitió darle la vuelta al marcador (50-51), pero no tuvo continuidad. Se repetía la historia. Entró entonces el encuentro en una locura anotadora por parte de los dos equipos sin ningún tipo de reparo ni rigor defensivo. Las canastas se sucedían de forma incesante, con la diferencia de que el Milán se mantenía casi perfecto desde la línea de tres puntos. Cada fallo del equipo malagueño tenía como respuesta un triple de los locales y en esa locura, sin tensión defensiva, el Unicaja estaba a merced del talento ofensivo de su rival que cerró el tercer cuarto ganando por 79-71.

Como no había defendido en 30 minutos el conjunto de Plaza no fue capaz de cambiar la dinámica, ciertamente pasiva que había mostrado. Como pasó antes, el Unicaja hizo como el Guadiana en defensa, apareció y desapareció. Del 84-79 en el minuto 33, pasó al 91-82. Goudelock volvió a superar a todos sus defensores para anotar desde la línea de tres. Se lanzó a la desesperada el equipo malagueño, pero lo hizo sin orden y quizá sin convicción. Dejó demasiados espacios, tomó malas decisiones y regaló algún que otro balón para entregar definitivamente el partido y encajar un duro 101-87.

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