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Viernes, 22 de septiembre 2017
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Probablemente el partido de ayer contra el Valencia es el más provechoso de todos los que ha disputado el Unicaja en esta pretemporada, y eso que lo perdió (83-78). Tendrá que esperar el club cajista al menos una temporada más para poder colgar el estandarte del título de la Supercopa en lo alto del Palacio de los Deportes. Seguro que habrá más oportunidades, pero cuando lleguen tendrá que afrontarlas con un mayor rigor que el que mostró ayer ante el vigente campeón de Liga. El Valencia, pese al cambio de entrenador y las variaciones en su plantilla, mantiene el nivel de solidez que le permitió ganar la Liga la temporada pasada. Es un buen ejemplo el equipo que dirige Txus Vidorreta para el Unicaja, que mostró en el Gran Canaria Arena lo mejor y lo peor de lo que se le ha visto en este mes y medio de preparación.
Los 31 puntos encajados en el primer cuarto indican dónde está el problema del conjunto que dirige Joan Plaza a día de hoy y dónde tendrá que poner más énfasis en estos días que quedan antes de que empiecen la Liga y la Euroliga. La alegría ofensiva es muy vistosa, pero los partidos se ganan desde la defensa y, mucho más en el torneo continental, donde el nivel de dureza se multiplica. Ahí no hay cuartel.
Pese a las buenas sensaciones de los partidos de preparación es evidente que este Unicaja está en fase ensamblamiento. McCallum, líder en la pretemporada, se topó de bruces con la realidad de la ACB, con jugadores sólidos como los del Valencia y se perdió. Como le sobra talento, lo de ayer no es algo que preocupe, aparecerá. Y en esta nueva dinámica del equipo, de momento Shermadini no encuentra su sitio, o no lo encuentran sus compañeros. Sólo dos veces lanzó a canasta el georgiano, cuando la temporada pasada promediaba 15 puntos, acostumbrado a recibir un balón tras otro. Poco protagonismo de los pívots cuando Plaza se dio el lujo de descartar a Musli para luego no utilizar a Okouo.
Pero conviene insistir en que la derrota fue provechosa. Lo fue porque es importante comprobar que Nedovic mantiene la ambición de ser el líder del equipo, que la importancia de Brooks en el juego del equipo ha aumentado, que Augustine recuperó sensaciones y que Alberto sigue siendo un pilar de este Unicaja, especialmente en defensa.
Valencia
Green (18), Vives (2), San Emeterio (11), Doornekamp (6) y Pleiss (13)-cinco inicial-, Diot (5), Dubljevic (10), Sastre (9), Thomas (9) y Martínez (0).
83
-
78
Unicaja
McCallum (7), Díez (5), Nedovic (23), Shermadini (3) y Brooks (14)-cinco inicial-, Soluade (3), Díaz (1), Salin (10), Waczynski (2), Augustine (8) y Suárez (2).
árbitros Emilio Pérez Pizarro, Carlos Peruga y Francisco José Araña.Sin eliminados.
parciales 31-18; 19-18; 16-27 y 17-15.
incidencias Primera semifinal de la Supercopa Endesa 2017 disputada en el Gran Canaria Arena con presencia de unos 7.000 espectadores
Condicionado por ese mal comienzo del partido, el Unicaja fue víctima de la ansiedad y de una irregularidad en la que alternaba rachas de gran fluidez ofensiva, con lagunas casi interminables sin anotar. La primera parte del choque tuvo un protagonista claro, el estadounidense Erick Green. El nuevo escolta del Valencia se mostró infalible y lideró a su equipo con una serie inmaculada de lanzamientos. Después del 31-18 del primer cuarto, los triples de Salin dieron aire al Unicaja, que sin embargo llegó al descanso perdiendo 50-36 después de sólo anotar una canasta en juego en los últimos cinco minutos de la primera parte.
La reacción llegó de la mano de Nedovic, y un parcial de 0-11 equilibró el choque en el tercero cuarto (54-52). El serbio y Brooks pusieron los puntos, mientras que Augustine se adueñó de los rebotes y Díaz elevó el nivel defensivo del equipo. A pesar de estar cinco minutos sin anotar en el arranque del último cuarto, el Unicaja logró igualar el encuentro a 75 a dos minutos del final. Ahí es cuando llegó la ansiedad que Plaza lamentó después del partido, también la falta de automatismos que seguro que se irán adquiriendo. Tres pérdidas seguidas y un par de decisiones arbitrales muy cuestionables impidieron la remontada y dejaron el camino de la victoria despejado al Valencia (83-78).
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