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DEMASIADOS TRIPLES

MARTÍN URBANO

Viernes, 26 de enero 2018, 01:03

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El Unicaja fue anoche mejor en rebotes y cometió menos pérdidas, lo que le permitió más tiros en juego y muchos más tiros libres. Sin embargo, en esta ocasión no fue suficiente para ganar, porque el equipo visitante fue muy superior en los triples, lo que también suma victorias en el baloncesto actual. Además, por si esto fuera poco, las individualidades del equipo vasco también fueron más y mejores en los momentos clave.

Pedro Martínez se dejó alguna bala en la recámara en el comienzo del partido. El Unicaja cargaba mucho el rebote ofensivo y gracias a las segundas opciones se escapó de salida. El técnico visitante paró el partido enseguida y relevó a sus hombres altos. Los suplentes del Baskonia entraron en calor antes que los del Unicaja y al final del primer cuarto reinaba la igualdad. En el arranque del segundo, con Granger muy fino en el tiro, su equipo se adelantó en el marcador porque el Unicaja no anotaba poco y ya no reboteaba como antes. Con cuatro puntos por debajo entró Nedovic, al tiempo que se sentaba Granger. El cuadro vitoriano jugaba ya con su tercer base y dominó el segundo cuarto, ya que la defensa del Unicaja le permitió tiros muy cómodos.

Después del descanso, los dos equipos volvieron con sus mejores hombres. A McCallum le correspondía la difícil tarea de controlar a Granger. El Unicaja jugaba con paciencia frente a una defensa que volcaba ayudas constantes sobre Nedovic. El técnico visitante se permitió el lujo de dar descanso a Granger. El Unicaja se quedó con cinco suplentes en cancha y la igualdad se mantuvo hasta el final del tercer cuarto. En el arranque del último acto, el Unicaja insistía de forma peligrosa en los triples, pero mantenía su mejor defensa. En cuanto alguno de esos triples entraron, el equipo cajista le dio la vuelta al marcador, porque su excelente defensa no daba facilidades al Baskonia, que ya tenía que dar muchas vueltas al balón para encontrar un buen tiro. Eran momentos de poca lucidez ofensiva, en los que el mayor valor y número de las individualidades vitorianas acabó decidiendo el partido.

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