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DUDAS POR RESOLVER

PEDRO RAMÍREZ

Lunes, 20 de mayo 2019, 00:03

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Luis Casimiro se aferra a sus valores para afrontar este tramo final de la temporada, para no cerrarla con más pena que gloria, para estirarla hasta donde se pueda, al menos hasta donde sus jugadores reencuentren autoestima, aprecio y admiración de una afición tocada que aún añora aquellos primeros e ilusionantes compases del curso al que le queda poco margen, que va tocando a su fin.

Lealtad a sus hombres y al club que le paga, sin descomponerse en sus gestos ni en sus palabras, sin echar culpas a nadie, sin gritos ni estridencias, manteniendo como voto sagrado el respeto a lo que se cuece en su vestuario, sin vender el alma al diablo, fiel a uno mismo y a su baloncesto aunque no se obtenga más premio que el beneplácito o el cruel reflejo del último resultado. Así puede ser de bello e ingrato este oficio, en el que yo admiro lo íntegro aunque muchas veces no alcance para llegar a fin de mes.

  • En twitter @pedroadramirez

Muchas dudas por resolver, si es que de veras estamos a tiempo, para no acabar con este mal sabor de boca, para que haya merecido la pena todo lo visto y vivido, para llegar a conocer el verdadero carácter de un equipo que se ha indispuesto en las lesiones y otras veces, para cerrar el año con la dignidad que directiva, técnicos, jugadores y afición, sin duda, se merecen.

Para saber si Jaime Fernández, como magnífico jugador que incuestionablemente es, además del parecido en su juego con el grandísimo Juan Carlos Navarro, podrá convertirse algún día en un líder sólido para un proyecto de Euroliga; saber si el equilibrio de un entrenador de club como Luis Casimiro y su directiva dan para alcanzar grandes objetivos; para conocer si hay ya, o está por crear, una sólida columna vertebral de jugadores para el futuro inmediato o los que llegan solo están de paso; para conocer qué criterios se seguirán en la confección de la próxima plantilla o qué propuesta, qué forma de entender el juego y el baloncesto, identifica al Unicaja o, al menos, ahora y siempre le deberían identificar.

Y es tiempo también de saber qué sentido realmente se le quiere dar a la cantera y cuál se propone que sea su impacto en el primer equipo; si lo que hay es un proyecto de club de Euroliga o solo del anzuelo que Bertomeu pone a morder, la llamada Eurocup, por si algún año suena la flauta; si la ambición y la ilusión de un club no se desvanece ante los sueños no cumplidos o las contingencias del presupuesto. O sea (como se preguntaría Gauguin): «¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?»

Y ante todo ello llega lo que puede ser una gran oportunidad, la de medirse en los 'play-off', al equipo que a día de hoy debe ser y seguir siendo el gran rival con el que compartir objetivos, el Valencia Basket del gran empresario español Juan Roig, un hombre tremendamente comprometido con nuestro deporte y el emprendimiento entre los jóvenes. Un club en plena construcción de un grandísimo proyecto de Euroliga gracias a la solvencia económica de la propiedad como al representar una gran ciudad como Valencia. La creación de las instalaciones de la Alquería lo ha convertido ya en una referencia del baloncesto europeo y del deporte de formación, una plataforma de tremendo impacto y de alto compromiso social tanto en su ámbito de influencia como en toda España, además de un gran proyecto deportivo de cantera que ya está dando sus frutos y que seguro dará muchos más. La inminente construcción del Valencia Arena, la continuidad año tras año de muchos integrantes de su plantilla, la incorporación de jugadores nacionales como seña de identidad en la búsqueda de la implantación de una filosofía del juego que les distinga y que les permita competir cada vez a más alto nivel tanto en el panorama nacional como internacional.

Efectivamente, dos grandes rivales para dirimir fuerzas y valores, Unicaja Baloncesto y Valencia Basket, dos espejos donde mirarse frente a frente, una oportunidad para reafirmarse, para adquirir prestigio, para posicionarse cara a propios y extraños. Una gran ocasión y un punto de partida para redefinir el futuro, transmitir ilusión y terminar la temporada con una sonrisa. ¿Te parece poco?

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