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DULCE VICTORIA

Zona técnica ·

MARTÍN URBANO

Jueves, 24 de enero 2019, 00:03

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El Unicaja dio anoche un paso de gigante con esta victoria en Limoges, que le acerca muchísimo a los cuartos de final y le permite mantener aspiraciones de alcanzar el primer puesto, que tiene el premio de empezar las eliminatorias con ventaja de campo. No puede decirse que el cuadro malagueño hiciera un partido memorable, aunque sí supo explotar sus recursos, que tampoco fueron demasiados.

El Unicaja arrancó el partido con gran determinación y jugando con paciencia. Claro dominador de los primeros minutos, se puso por delante combinando una excelente defensa individual con un acierto notable en los tiros. El cuadro francés centraba su preocupación defensiva en Lessort, sobre el que doblaba el marcaje. En cuanto llegaron las primeras dificultades, Luis Casimiro relevó a sus tres hombres de perímetro y dio entrada también a Shermadini, que enseguida se hizo notar en el partido. Sin embargo, desasistido por sus compañeros, el georgiano desapareció en el inicio del segundo cuarto, y el cuadro local tomó la iniciativa, porque la defensa malagueña empezaba a hacer aguas y sus tiradores estaban perdidos. Afortunadamente, el retorno de Lessort, menos vigilado por la defensa gala, permitió a su equipo llegar al descanso con dos puntos de ventaja, tras veinte minutos en los que los hombres altos aportaron la mayor parte de la anotación.

Tras la pausa, el Unicaja apareció con tres hombres pequeños, aunque ni así encontraba el acierto exterior. Como el ataque de su equipo no funcionaba entraron Lessort y Boatright, pero la anotación seguía sin carburar. Además, la defensa visitante flojeaba en el uno contra uno y carecía de ayudas. Por eso el cuadro francés tomó el mando. Como en el segundo, también en el tercer cuarto el Unicaja volvió a quedarse por debajo de los veinte puntos. En el último acto, los locales fallaban muchos tiros fáciles y los visitantes se pusieron por delante. Lo peor fue que la defensa malagueña no funcionaba y en ataque Roberts estaba demasiado solo. De cualquier forma, en la recta final del choque el base hizo todo lo que tenía que hacer tanto en defensa como en ataque, y condujo a su equipo a la victoria.

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