Una más y eso que no fue fácil. El Unicaja salió victorioso de la pista del Movistar Estudiantes después de sacar adelante un complicado partido que se decidió en el último cuarto (78-85). Fue un encuentro complejo, trabado y jugado en las distancias cortas, en el que el conjunto de Joan Plaza esperó su momento a falta de siete minutos para lograr una pequeña renta que defendió perfectamente. Kuzminskas y Vázquez, con 17 y 14 puntos, fueron los máximos anotadores del Unicaja.
El cuadro cajista comenzó el partido sabiendo que tenía que ganar para conservar el liderato y lo cierto es que su puesta en escena no fue precisamente en la dirección adecuada. Muchos fallos en los lanzamientos y una defensa sin la intensidad precisa permitió al Movistar Estudiantes situarse 11-2 sin demasiados problemas. La reacción del equipo malagueño no tardó en llegar con un rápido parcial de 2-10 que obligó a Vidorreta a pedir tiempo muerto.
Se habían disputado cinco minutos de partido y en ese momento entró en escena el italiano Aradori, que se convirtió en el principal problema del equipo malagueño siempre que estuvo en la pista. Su ritmo lento, pero siempre tomando la mejor decisión para anotar él o asistir a sus compañeros partidó por la mitad la defensa del Unicaja, que llegó a perder por 23-15 en el primer cuarto, aunque se repuso y cerró el acto inicial 23-20 con un triple de Granger sobre la bocina.
En condiciones normales, el equipo malagueño con su habitual ritmo alto de partido, con mucha intensidad y carga física podría haber controlado el partido. Pero solo pudo correr en contadas ocasiones. El partido estuvo demasiado trabado con continuas interrupciones y es que solo en la primera parte se pitaron 20 personales.
Con dos triples seguidos de Toolson y Stefansson en el comienzo del segundo cuarto, pareció que el equipo malagueño metía una marcha más. Sin embargo, su defensa no alcanzaba el nivel deseado y la vía anotadora de Toolson quedó cerrada cuando cometió su tercera falta a los quince minutos. Vidorreta ordenó a Rabaseda que lo atacase una y otra vez y el jugador del Unicaja salió malparado de ese desigual duelo físico.
Sin el mormón en la pista, el Unicaja buscó alternativas y la encontró en la conexión Granger-Vázquez, que generó seis puntos seguidos del pívot, un tanto desaparecido en ataque en las últimas semanas. El Unicaja se colocó 39-42 a falta de un minuto, pero el regreso de Aradori, que primero asistió y luego anotó una genial canasta en penetración dio al Estudiantes una ventaja mínima al descanso (43-42).
El ritmo, bajo
Nada cambió en la segunda parte para desgracia del Unicaja. El ritmo era bajo y al equipo de Plaza parecía faltarle algo de chispa. Tenía eso sí, la referencia de Kuzminskas que anotaba gracias a su talento, pero el resto del ataque no acompañaba (50-52, min. 25). En esas volvió al partido Aradori y su vena de acierto coincidió con unos instantes de desconcierto cajista. En dos minutos el italiano firmó ocho puntos con dos triples incluidos. El parcial del Estudiantes (10-2) obligó a Plaza a parar el partido a los 28 minutos. El técnico reordenó a su equipo que se recompuso, gracias en parte a la presencia de Germán Gabriel en la pista, un triple suyo desde la esquina sirvió el empate a 61 antes de afrontar el cuarto decisivo.
En el momento clave, el Unicaja mantuvo su nivel, y buscó a Golubovic de forma insistente. En el bando contrario, el Estudiantes perdió la referencia de Aradori y el equipo malagueño lo aprovechó para abrir una pequeña brecha (63-70, min.37). El Unicaja no terminó de romper el partido, pero tampoco se dejó coger, por mucho que Rabaseda, Fernández y Aradori anotaron desde la línea de 6,75 (76-80). Su superioridad por dentro de la zona fue clave, con Markovic surtiendo de balones a los pívots y así llegó a los dos últimos minutos con una ventaja de cuatro puntos (78-82). Los nervios provocaron un carrusel de pérdidas y regalos entre los dos equipos de los que el equipo malagueño salió ileso para ganar el partido y seguir líder de la Liga ACB.