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SOSPECHOSOS HABITUALES

BERNI RODRÍGUEZ

Martes, 27 de febrero 2018, 08:26

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No se conoce a alguien de verdad hasta que no convives con esa persona diariamente y más concretamente hasta que no duermes con ella en la misma habitación. Es en ese momento, en la intimidad de un espacio reducido donde uno se abre contando sus cosas más personales. Eso es justo lo que ocurre en un equipo de baloncesto cuando te toca compartir habitación con alguno de tus compañeros, que hasta que no estás en una habitación de hotel, no sabes a quién le estás pasando la pelota.

Me ocurrió en mi primer año como profesional en uno de los viajes con el Unicaja de esa pretemporada, que notaba yo las risas de los jugadores más mayores por el compañero que me había tocado para dormir en nuestro desplazamiento. No lo entendía porque era una persona que al menos a mí me parecía de lo más 'normal' (guardemos su anonimato y le llamaremos Sr. García). En fin, que pensé que simplemente estaban todos de broma ya que era un equipo dado a este tipo de juegos y la verdad es que el Sr. García no solo no tenía nada raro, sino que me caía genial y congeniábamos muy bien.

Llegamos a nuestro viaje, dejamos las bolsas, nos preparamos y nos fuimos al entreno como suele ser habitual. Vuelta, cena y para la cama. Hasta ahí todo normal. Ya relajados, mientras estábamos tumbados empezamos a charlar y fue justo en ese momento cuando empecé a conocer mucho mejor al Sr. García. Él tenía el mando y hacía 'zapping'. Paró en la mítica película 'Sospechosos habituales'. Les resumo el argumento para el que no la haya visto, que es una peli digamos agresiva y algo violenta (es importante para mi historia).

Como les decía, estábamos mi compañero y yo charlando mientras veíamos la televisión en esa tranquilidad previa al momento de echarse a dormir, cuando el Sr. García me suelta sin anestesia alguna: «Berni, soy sonámbulo, me despierto en sueños. El problema es que me suelo levantar durante la noche e interaccionar con la persona que tenga cerca». Estupefacto le pregunté: «¿Qué quieres decir con interaccionar?». Me suelta un: «Bueno, depende de lo tranquilo que esté y lo último que haya hecho antes de dormir».

¡'Sospechosos habituales'! Estábamos viendo '¡Sospechosos habituales'! ¿Conocen la Gran Muralla China? Pues no es nada comparado con lo que construí con sillas, maletas y todo lo que pillé para separar nuestros espacios vitales dentro de la habitación. Ni el muro de 'Juego de Tronos', vaya. Y así sin más me dio las buenas noches y nos fuimos a dormir.

Les prometo que lo que les cuento es real. Cuatro de la mañana y siento como alguien me mira fijamente en la oscuridad de la noche. Giro la cara y sí, era el Sr. García que sentado en su cama, al otro lado del muro y con los ojos muy abiertos, me dice cosas en un idioma que no entiendo. No me da tiempo a abrir la boca cuando se levanta y se dispone a venir hacia mí, pero mi muralla de Troya aguanta y mi querido compañero se va a hablarle a las cortinas. Pasaron varios minutos de paseos y conversaciones en élfico cuando finalmente se mete en la cama y me dice el tío: «Oye Berni, que estoy despierto, eh». Se gira y se duerme.

Como comprenderán no volví a pegar ojo. Al día siguiente todos querían sentarse a mi lado en el desayuno para escuchar mi historia.

Así que si desean saber algo más de McCallum, Dani o Waczynski, solo les tienen que preguntar a Salin, a Augustine o a Nedo, ellos sabrán sus mayores secretos.

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